A menudo me piden quienes van a viajar a Roma que les recomiende un restaurante que no les defraude. Y ahí no tengo dudas: Mi restaurante preferido es el Piatto Rico, en el número 30 de la vía della Pelliccia, en el corazón del Trastevere. Llevo trece años viajando a Roma y siempre paso por este local que se encuentra entre la plaza de Santa María in Trastevere, la principal del barrio más romano de Roma según presumen los trasteverinos y la plaza de Trilussa, punto de encuentro de muchos jóvenes romanos, sobre todo por las noches. La vía della Pelliccia sale de la vía del Moro, la que une las mencionadas plazas trasteverinas. El restaurante Al Piatto Rico se encuentra a escasos veinte metros de la vía del Moro.
Si van por el Piatto Rico, pregunten por Gioacchino, que es el dueño y también le pueden comentar que conocen a los periodistas de Madrid. No habla español así es que es mejor decírselo en italiano: ‘Siamo amici dei giornalisti di Madrid’. Gioacchino es muy agradable y, eso sí, muy futbolero. Es tifosso de la Roma y les preguntará por el Real Madrid, por el FC. Barcelona y por cualquier jugador de la selección española. Su mujer se llama Anna y hace unos estupendos postres caseros.
Gioacchino sabe cuando llego al Piatto Rico que mi plato preferido es el exquisito Risotto alla pescatora (una especie de paella de marisco), pero también merecen la pena los fetuccini alle vongole (con almejas). Si les pregunta si lo quieren con zucchino e pachino, quiere decir que le puede poner bastoncitos de calabacín y tomates cherry.
Uno de los platos estrella de Al Piatto Rico es la Zuppa di pesce (sopa de pescado). Es para dos personas pero no es una sopa sino una caldereta de pescado y marisco. Se pide como plato único y es impresionante. Para otras posibilidades es mejor consultar la carta y tampoco defrauda. Como curiosidades está la pizza al pachino que suele ser calda o fredda (fría o caliente). Es una pizza más gruesa, de tipo napolitano. Del horno de leña salen también excelentes pizzas romanas.
Como digo, Anna hace unos postres deliciosos como el tiramisú, la panna cotta (nata cocida que es una especie de flan blanco) y otro postre espectacular que es una mousse con chocolate, jengibre, canela y guindilla, una auténtica explosión de sabores.
El ambiente del restaurante es muy agradable. Allí el fútbol es la estrella y la Roma es una religión. No falta el buen humor cuando Gioacchino te enseña el rincón de los laziale purificati, esto es, amigos y conocidos suyos que son del gran rival de la Roma, a quienes Gioacchino pone la camiseta de la Roma y les fotografía.
Buena comida, buen ambiente y precios muy asequibles son ingredientes más que suficientes para que el Piatto Rico se convierta en uno de los restaurantes más recomendables de Roma.