A un romano no le pregunte por 'el Metro', sino por 'la Metro de Roma', porque a este medio público de transporte se le conoce en lengua italiana por 'la Metropolitana'. Hecha esta curiosa salvedad voy a dedicar este artículo a esas dos líneas de ferrocarril subterráneo que conforman en estos momentos la escasa red de Metro de Roma.
Si alguien espera en Roma un Metro puntero quedará sin duda decepcionado. Baste decir que las únicas dos líneas en servicio en estos momentos tienen una longitud total de 38 kilómetros, lo que comparado con el Metro de Madrid es una longitud extremadamente pequeña ya que la red metropolitana madrileña tiene en estos momentos, sin contar el Metro ligero, una longitud de casi 283 kilómetros, con un total de 294 estaciones frente a las 49 que únicamente tiene la Metro de Roma.
Se trata de dos líneas, la A y la B, que forman sobre el plano de la ciudad un aspa cuyo punto de unión es la estación de Termini. Como curiosidad, la línea A, representada con color naranja, es la más utilizada por los turistas ya que une el centro histórico y la zona de mayor densidad de hoteles, con el Vaticano. Es habitual salir de la boca de la estación de Ottaviano San Pietro a multitudes de turistas que enfilan los aproximadamente 400 o 500 metros que hay desde allí a la plaza de San Pedro, o que descienden en la estación de Cipro para dirigirse a los museos vaticanos. La línea A tiene estaciones próximas a la piazza del Popolo (Flaminio), a la piazza Spagna (Spagna) y a la fontana de Trevi (Barberini). La línea B, representada en color azul, tiene una estación junto al Coliseo (Colosseo), otra próxima a San Juan de Letrán (S. Giovanni) y otra cercana a San Pablo Extramuros (Basílica San Paolo).
Los billetes son válidos para la Metro y para los autobuses urbanos ya que ambos servicios están operados por la ATAC, la compañía pública de transporte de Roma. Se pueden adquirir en bares, quioscos de prensa y estancos (tabacchi), así como en el interior de las estaciones de la Metro. El billete sencillo es válido por 75 minutos en autobús o en metro, aunque para el caso del suburbano sólo contempla un único viaje en esos 75 minutos. El precio en otoño de 2010 es de un euro por billete.
La Metro de Roma es relativamente moderna ya que la primera línea, un tramo de la B, se inauguró en 1955, mientras que la línea A, otro tramo, se inauguró en 1980. Al utilizar la Metro de Roma uno no puede dejar de pensar que es un transporte en el que falta limpieza, aunque bien es cierto que funciona relativamente bien en cuanto a frecuencias.
Como curiosidad, cabe destacar que la línea A cruza el río Tíber y lo hace a cielo abierto por un puente. Otro aspecto a tener en cuenta es que el diseño de estas líneas se encontró rápidamente con la dificultad de los hallazgos arqueológicos propios de trabajar en el subsuelo de una ciudad como Roma. Eso no sólo retrasó las obras de estas líneas sino que son una dificultad añadida a la hora de diseñar las nuevas. A este respecto, en Roma se está trabajando lentamente en una nueva línea, la C, que tendrá color verde y que comunicará el sureste de la ciudad con el noroeste. La primera parte, cuya inauguración está prevista para 2011, unirá el sureste con la estación de Termini. Esta línea tendrá estación, probablemente en 2015, en la piazza Venezia y junto a San Pietro por lo que actualmente son visibles en la céntrica plaza romana y en otros puntos del casco histórico, las excavaciones arqueológicas relacionadas con la construcción de la nueva línea.
También existe un proyecto para la línea D, que tendrá color amarillo y que pasará por el barrio del Trastevere cruzando hasta dos veces el Tíber en un recorrido de norte a sur de Roma.
Otro medio de transporte en Roma operado por la ATAC es el denominado como Ferrovia, con tres líneas. Sería una especie de metro ligero de carácter interurbano; muchos turistas pueden utilizar la Ferrovia Roma-Lido di Ostia para desplazarse a las excavaciones de Ostia Antica. Para ello, deben dirigirse a la estación de la Metro de Pirámide para tomar uno de los trenes en la estación de partida. Estos trenes son también los que llevan a los romanos a las playas de Ostia. Las otras dos líneas son la del norte, que llega a Viterbo, y la de Roma-Pantano, que llega al sureste desde Termini siguiendo el trazado de la Vía Casilina. Para más información se puede consultar la página web http://www.atac.roma.it/